Pinocho (versión clásica en prosa)


Este dibujo lo envió JUAN CARLOS , papá de LUCAS, 3 años, Bs.As. Argentina
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Había una vez un anciano carpintero cuyo nombre era Gepetto, al que le encantaba fabricar juguetes de madera y regalárselos a los niños del lugar.

Vivía solo y su más grande ilusión siempre fue tener un hijo.

Un día estaba fabricando un muñeco con una madera especial y tanto le gustó que le puso de nombre Pinocho.


Esa noche, cuando Gepetto dormía, se apareció un hada azul en su taller concediéndole su deseo de ser padre.

Tocó con su varita mágica al muñeco y le dijo:

-Despierta muñeco hecho de pino, te concedo vida propia!!! Y así, Pinocho cobró vida.

Pero el hada le advirtió: -Siempre y cuando seas sincero y valiente, un día te convertirás en un niño de verdad. Y si dices mentiras te crecerá la nariz y todos sabrán que estás mintiendo.

Luego el hada buscó entre las alacenas y encontró al grillo que era conocido como Pepe y le encomendó la tarea de convertirse en el guardián de Pinocho, en su conciencia y en el conocimiento del bien y del mal. Y de ayudarlo en todo lo que pudiera. Y el hada se fue.

A la mañana siguiente, cuando Gepetto se levantó, se encontró con lo que había sucedido durante la noche.



Eran tan grande su felicidad que enseguida vendió un reloj de los tantos que tenía para comprarle ropa a Pinocho y así poder mandarlo a la escuela.

Encomendó a Pepe Grillo que le enseñara el camino hasta la escuela a Pinocho y a éste le dijo que no se distraiga y llegue a tiempo.

Sin embargo Pinocho nunca llegó a la escuela ya que decidió dejar de lado el consejo de Pepe Grillo y vendió los libros que llevaba para comprarse una entrada para ver a los títeres. El titiritero, al verlo a Pinocho danzar al compás de los títeres y viendolo tan habilidoso quedó maravillado y le ofreció que se uniera a su espectáculo. Pinocho aceptó feliz.

Pero las intenciones del titiritero eran malas. Quería hacerse rico con Pinocho que era la única marioneta con vida en el mundo. Lo encerró junto a Pepe Grillo en una jaula y ahí Pinocho se dió cuenta de su error y comenzó a llorar arrepentido de lo que había hecho.



Fue en ese momento que apareció el hada azul. Aunque ella sabía porqué estaba enjaulado, se lo preguntó.

Sin embargo Pinocho no quiso decirle la verdad y algo extraño sucedió: a medida que él mentía le empezó a crecer la nariz. Más mentía, más le crecía.

Tan avergonzado estaba que pidió por favor al hada azul que hiciera algo para que su naríz no siguiera creciendo y prometió no mentir nunca más.

Yendo a la escuela al día siguiente, Pinocho conoció a un niño que lo invitó a visitar el País de los Juguetes, donde había juguetes y golosinas para todos.

Nuevamente, Pinocho desoyó los consejos de Pepe Grillo y no fue a la escuela.



En el País de los Juguetes se divirtió mucho, comió golosinas pero de pronto vió como a él y a los demás niños les crecían las orejas, ya que por no querer ir a la escuela se estaban convirtiendo en burros.

Convertidos en burros, Pinocho y los otros niños llegaron a un circo donde el dueño lo hizo trabajar sin descanso. Cuando Pinocho se lastimó una pierna haciendo sus trucos, el hombre, enojado, lo tiró al mar junto con Pepe Grillo.

Al caer en el agua, el hechizo se rompió y volvió a su forma de marioneta, pero una ballena que justo nadaba por ahí, con su enorme boca se lo comió entero.

En el estómago de la ballena Pinocho lloró mucho y a pesar de la oscuridad pudo ver a Gepetto que estaba en su bote. También a Gepetto la ballena lo había comido cuando estaba buscando a Pinocho con su bote. Se abrazaron felices y Pinocho prometió ser obediente y responsable.

Mientras la ballena dormía, los tres prendieron una fogata dentro de ella para hacerla estornudar y cuando lo hizo, saltaron hacia afuera y se encaminaron hacia su casa.



Tiempo después Gepetto se enfermó, Pinocho cuidó de él con mucho esmero y dedicación y le prometió ir a la escuela y trabajar duro para llenarlo de orgullo.

Y habiendo cumplido su promesa, un día llegó el Hada Azul y viendo que Pinocho se había convertido en valiente, sincero y bondadoso le dijo que merecía ser un niño de verdad y lo tocó con su varita mágica.

Y así fue como Pinocho se convirtió en un niño real y vivió feliz con Gepetto y Pepe Grillo.




Y COLORÍN COLORADO

este cuento ha terminado

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