El Gato con Botas (versión clásica en prosa)

Este dibujo lo envió SANTIAGO, 9 años, de DF, México.
Envía el tuyo sobre este cuento o cualquier otro y lo vas a ver publicado también.

Había una vez en un pueblito de la campiña, un anciano hombre molinero con sus tres hijos. Cuando el hombre murió, dejó un testamento que decía:
-Para el mayor de mis hijos le dejo el molino. Para mi segundo hijo le dejo el burro. Y para mi hijo menor le dejo el gato. Así heredaron los bienes de su padre. Los dos hijos mayores se pusieron de acuerdo para sacarle provecho en conjunto al molino y al burro.

Pero el hijo menor estaba muy disgustado por haber recibido al gato, al que no le iba a poder sacar provecho sino que, por el contrario, lo iba a tener que alimentar y eso le generaba gastos que no podía solventar.

Pero sucedió algo inesperado: el gato habló y le contestó!!!

-Quédate tranquilo, te voy a ser muy útil!!!

-Con que puedes hablar, mmm pero eso no me resuelve mis problemas.

-Todo lo contrario, dijo el gato, si me vistes adecuadamente con un buen traje, un lindo sombrero con plumas y un par de botas relucientes, no te arrepentirás.

Así fue, y el gato, muy astuto e inteligente, puso en marcha el plan que había trazado. Buscó una bolsa, una cuerda y un puñado de trigo y se fue al bosque a cazar unas codornices. Con ellas dentro de la bolsa cargada sobre su espalda fue hasta el palacio y ya en presencia del rey, lo saludó haciendo una reverencia con su sombrero tan particular y 
le dijo:



-Aquí tienes Majestad estas ricas codornices que mi amo, el Marqués de Carabás cazó esta mañana expresamente para vos. Complacido y agradecido estuvo el rey, y el gato con botas repitió esto mismo cada día, haciendo creer al rey que lo que le entregaba había sido cazado por su amo el Marqués de Carabás. Ya se había dado cuenta también, porque había estado espiando, del recorrido diario que hacía el rey y la princesa en la carroza real.

Contó a su amo el siguiente paso de su plan diciéndole:

-Mañana a la mañana debes meterte en el río y dejarme a mí que hable con el rey.

Cuando pasó la carroza real, el gato con botas empezó a gritar:

-Ayuda, ayuda!!! Han robado la ropa de mi señor el Marqués de Carabás que se está bañando en el río!!!

El rey se acerca, reconoce al gato de verlo cada día llevarle regalos y ordena a su escudero a buscar nuevas ropas para el Marqués.

Continuando con su plan, el gato se despide del rey, dejando a su amo que siguiera conversando con ellos, no sin antes recordarle que siga haciéndose pasar por el Marqués de Carabás. El rey, viendo que el supuesto marqués y su hija hacían linda pareja, lo invitó a sumarse al paseo que hacía cada día, a lo que gustoso el muchacho aceptó.

El gato se había adelantado a la carroza real y, como ya sabía por dónde iba a pasar, al ver a unos campesinos trabajar la tierra les ofreció una recompensa si decían que eran tierras pertenecientes al Marqués de Carabás.


Así sucesivamente, un paso adelante de la carroza, el gato repetía su discurso frente a los campesinos que encontraba y ellos cumplían al pie de la letra sus instrucciones, esperanzados en recibir su recompensa.

Llegado al final del recorrido que hacía el rey en su carroza, había un castillo. El gato pensó que ese castillo le vendría muy bien a su amo, entonces tocó a la puerta y se encontró que el habitante de ese castillo era un ogro gigante. Pero tan valiente como era, no se iba a asustar por eso.

El ogro al verlo se molestó mucho pero el gato enseguida lo llenó de elogios diciéndole que la gente hablaba muy bien de él y que al pasar por frente a su castillo quiso conocerlo en persona y, vanidoso como era el ogro, se sintió halagado y lo invitó a pasar.

-La gente dice que puedes convertirte en cualquier animal, dijo el gato.

-Así es, ya mismo te lo demuestro, contestó el ogro y al instante se transformó en un feroz león.

Aunque era valiente, el gato con botas se asustó al ver esa transformación y le preguntó al ogro con mucha astucia si podía convertirse en un animal pequeño.

El ogro, ignorando el plan del gato y enceguecido por su vanidad quería seguir demostrándole sus habilidades y le dijo:

-Claro que si!!! Dime en qué pequeño animal quieres que me convierta y lo haré!!!

Cayó en la trampa del inteligente gato!!!

Ni corto ni perezozo le dijo:

-Conviértete en un pequeño ratoncito!!!



Y convertido en un inofensivo y minúsculo ratón, el gato de un salto se lanzó sobre él y se lo comió, desapareciendo el ogro y quedando desocupado el castillo que se convertiría en el nuevo hogar del Marqués de Carabás, amo del gato.

No pasaron más que unos minutos cuando frente al castillo llega la carroza real. El gato se apura en salir al encuentro de ellos y los recibe diciendo:
-Sean bienvenidos al castillo del Marqués de Carabás!!!

Y así, el valiente y astuto gato con botas le consiguió a su amo grandes extensiones de tierras y un castillo donde el joven vivió con la hija del rey y por supuesto con el gato, a quien le estaría eternamente agradecido.


Y COLORÍN COLORADO

este cuento ha terminado

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